miércoles, 28 de abril de 2010

Mirador del Castro de Villaseca


Laguna del Castro, en Villaseca de Laciana

El año pasado -no recuerdo bien cuándo- se habilitó un mirador junto a la laguna del Castro de Villaseca de Laciana, a la que no había acudido en bastante tiempo. Esta laguna, la más grande de Laciana, se encuentra a sólo 1.200 metros de altitud, y según el panel explicativo junto a ella, se originó hace 30.000 años en una morrena lateral del antiguo glaciar que recorría el valle de Lumajo (hay que puntualizar que el glaciar que recorría el valle del Sil alcanzaba 200 metros de espesor a la altura de lo que hoy es Villablino).


De izquierda a derecha, Peña Vendimia (2.009 m.) y Miro de Rabón (1.981 m.), desde las cercanías de la laguna

Me alegra ver que alguno de los muchos puntos de interés que contiene Laciana ha sido señalizado y fomentado. Es una migaja, pero menos es nada. Que el pequeño merendero habilitado en el mirador es un pegote, o que mientras que se señaliza esto se está destruyendo el valle a toda velocidad con las minas de carbón a cielo abierto, es algo obvio. Que es un lavado de cara del Ayuntamiento, como lo será el centro de interpretación de los castros o la ruta Sendas de Laciana, pues también es muy obvio. No se puede vender una casa llena de basura pretendiendo que porque el cartel de SE VENDE es muy guapo, ya está todo resuelto; sería más lógico sacar primero la basura, que igual no cuesta tanto.


La antiestética y poco rústica mesa del mirador, con el Muxivén al fondo

Volviendo al asunto principal, un camino ya existente se ha desbrozado y señalizado con otro cartel más, para ascender durante 800 metros de distancia hasta el citado mirador, que ofrece una espectacular vista de Villaseca de Laciana. También se divisan cumbres importantes, como el Alto de la Cañada (2.154 m.), Muxivén (2.027 m.) Peña Vendimia (que en el panel aparece como Nevadín, que no se ve desde aquí) o el Miro de Rabón.


Villaseca de Laciana


Vista hacia una escombrera de carbón sin restaurar


El bosque de Ladrones, que fue hábitat del urogallo hasta hace muy poco y que el Maharajá de Laciana, Victorino Alonso, quiso arrasar con otra mina de carbón a cielo abierto. Fue una de las escasísimas ocasiones en que la 'Justicia' le ha impedido salirse con la suya. Pero sigue intentándolo...

La laguna ahora mismo está hasta los topes. De hecho, algunos árboles que habían colonizado las orillas se han visto ahora con el agua al cuello. Las ranas croan, y si no se mira hacia la escombrera sin restaurar próxima, todo parece idílico. Donde se encuentra el mirador hubo en tiempos de los romanos un castro fortificado, que permanece sin excavar.


Algunos valientes abedules que se atrevieron a crecer en orillas sin anegar se han encontrado este año con una sorpresa

Y no hay mucho más que contar, salvo que para llegar a este lugar hay que tomar la carretera que sale de Villaseca hacia Lumajo, y unos centenares de metros más allá tomar una amplia pista de tierra que tiene un primer panel informativo que habla sobre la laguna y el mirador. Esta antigua pista minera es prácticamente una carretera sin asfaltar, aunque muy descarnada y con muchas piedras que asoman del firme y que la hacen algo incómoda para el vehículo.


La pista de acceso a la laguna

Nada más apearme de mi cabalgadura, aparecieron por allí tres vagabundos. Uno, gigantesco, y cojeando algo de un pie, y los otros dos, idénticos y de corta estatura, con una buena cojera también uno de ellos. El grandullón, aunque de rasgos mucho menos inteligentes que los otros dos, era claramente el líder de la banda, porque fuera donde fuera, los otros dos iban detrás. No parecían peligrosos, y se acercaron a curiosear, aunque guardando un poco las distancias.

Me dirigí a recorrer el camino hacia el mirador y pensé que me había librado de ellos, pero me seguían a una cierta distancia, no sé si con aviesas intenciones o no. Después de un rato en el mirador, llegaban ellos, algo confusos por ver que yo daba la vuelta y me dirigía en sentido contrario. Los dos clones fueron a ocultarse tras algunos robles, mientras que el gigante pasaba a mi lado, desprendiendo un fuerte olor a queso de cabra.

Apreté el paso, y al llegar al coche, salí hacia Villaseca, sin ver rastro de los tres extraños. Me pregunto que harían por allí y a qué se dedicaban. Sólo espero que si alguien los reconoce y los anda buscando, que sepa por dónde andan.


'Los tres vagabundos': una cabra de considerables dimensiones (levantaba más de un metro de altura) y sus fieles e inseparables seguidores.


Adquiriendo un poco de cultura sobre geología, flora y fauna


Me persiguen por el robledal. ¿Qué intenciones tendrán?


Los pequeñajos se enconden en el bosque al verme. ¿Me estarán preparando una emboscada?


El jefe de la banda




Nota: si no está visible la opción para dejar y ver comentarios, pulsa en el título naranja de este reportaje y ya podrás hacerlo.


12 comentarios:

  1. ¡Qué bueno lo de los tres vagabundos!
    El merendero parece "de Versalles", graciosísimo, olvidando el mal gusto.

    ResponderEliminar
  2. Dios mío!!! Esa mesa y los bancos de piedra son dignos de la Mansión de los Monster, por no hablar de esa pista de perito en prácticas o el mirador hacia la cochambrosa escombrera...

    Para mí que el gigantón y los escoltas son los ideólogos del proyecto redimiendo su culpa por los siglos de los siglos.

    ResponderEliminar
  3. A pesar de que no todo lo que cuentas es para alegrarse me has hecho sonreír con este artículo. Vaya trío más singular, si les coge el lobo...

    Supongo que hay mucha gente en Laciana con conocimientos sobre los picos del lugar. ¿verdad?

    Saludos.

    Dani

    ResponderEliminar
  4. Me encanta tu reportage, la mesa quizás la donara victorino de alguno de sus chalés, gracioso lo del castrón y su séquito, parece importante, pués no todas las cabras disponen de dos guardaespaldas, ¿no será la sombra del señor de las escombreras que te persigue?.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  5. Creo que tienes razón, María, el grupo de vagabundos y el proyecto guardan cierta similitud "kitsch".

    ResponderEliminar
  6. Me hacen mucha gracia estas amistades trans-especie, como la de una yegua y una oveja de Villablino que son absolutamente inseparables, a pesar de que hay más ovejas en el lugar. O aquel zorro y aquella yegua que también lo eran, y cuando los cazadores mataron al zorro, la yegua estuvo muchos días visiblemente afectada.

    Me pregunto si habrá alguien que visite el mirador que no se quede perplejo con la mesa y los bancos.

    Supongo que el castrón no estaría emancipado y tendrá dueño. A ver si lo localizan antes que los lobos.

    Igual el trío eran Victorino y dos de sus guardaespaldas o ingenieros, que han sufrido las iras del espíritu del valle, y venían a mí buscando el remedio para recuperar sus antiguas formas corpóreas. Si es así, que penen unos añitos en su forma presente. Por cierto, el animal escogido para Victorino le viene que ni pintado, porque ¿qué otro nombre recibe el castrón...?

    ResponderEliminar
  7. El mirador es una pasada, no así la mesa, bueno si, tambien es una pasada, pero de otro estilo, lo que no se es de estilo es, es fin... Vamos que las vistas sobre Villaseca son preciosas y la laguna tambien. Una lástima esas cicatrices en los montes.
    Un saludo

    ResponderEliminar
  8. Añadir que en la Laguna crian una variedad de aves acuáticas muy interesantes, Azulón, Focha, Polla de Agua, Rascón y Zampullín, no hay que olvidarse los prismáticos. ¿pone algo en los carteles sobre la avifauna?
    Vale, aceptamos cabra como animal de compañia.

    ResponderEliminar
  9. La descripción que realizas parece de película, especialmente cuando llegan los tres vagabundos que yo, en un principio, pensé que se trataban de "guardaespaldas" de algún individuo que pelula por esos lares. ¡¡Será obsesión!!.

    ResponderEliminar
  10. Villaseca, vista desde ahí arriba, con todos los tejados del mismo color, gana mucho.

    No vi ninguna mención a la avifauna. Venían datos generales de la comarca, como que es Reserva Mundial de la Biosfera. Ninguna mención a que Villablino es la población número 1 de España en otra cosa, de la que no sé si se puede sentir uno orgulloso, aunque pocas localidades pueden presumir de ser la primera de la lista en España. Me refiero a que no hay otro municipio de España con más minas de carbón a cielo abierto y más extensión de terreno arrasado que Villablino. En el panel aparece el oso y el urogallo, esos mismos a los que cercenan sus corredores de paso, destrozan sus cantaderos con la maquinaria de la mina, o convierten su hábitat en un paisaje lunar.

    Me resultó muy simpática el encuentro con estos tres dispares personajes y no pude evitar contarlo, intentando engañaros inicialmente para que tuviera más chispa.

    ResponderEliminar
  11. Que manera de fastidiar las vistas, horteras se puede llegar a ser poniendo bancos y mesas, me encanta tu rincón felicitarte por lo que haces.

    Un saludo, Irma.-

    ** Por cierto el jefe de la banda tiene un reojo espectacular.

    ResponderEliminar
  12. me ha gustado muchísimo me he emocionado la visite una vez en una excursión del colegio que estaba debajo del castro el maestro creo que era don Enrique en los años195 y pico ..... un saludo Celestino Lopez

    ResponderEliminar

Tu comentario puede tener más valor que el texto que yo haya podido escribir. No dudes en dejarlo. Gracias