lunes, 1 de junio de 2009

De Leitariegos a la laguna del Viveiro


El Puerto de Leitariegos (1.525 m.), la población más alta de Asturias

Es difícil clasificar por zonas una ruta como ésta, que parte del puerto de Leitariegos, en el mismo límite del valle del Naviego cangués con tierras leonesas de Caboalles de Abajo, para ascender hasta el límite entre Caboalles y el también cangués valle de Cibea. Como la parte inicial de la ruta discurre enteramente por el valle del Naviego, la he clasificado en esa carpeta.


Puerto de Leitariegos en invierno

El puerto de Leitariegos es la población más alta de Asturias, con 1.525 metros de altitud. Siendo un collado, y además en la divisoria de la cordillera cantábrica con la meseta, las nubes descargan espesores de nieve mayores de lo que lo hacen en otros puntos de Asturias a la misma altura. Por ello, las condiciones de vida de sus habitantes en invierno, especialmente hasta hace unas pocas décadas, debían de ser pavorosas.


La capilla de San Juan del Puerto, donde se puede subir a tocar la campana con la mano en invierno

El lugar en que se encuentra el pueblo, conocido como El Puerto, es muy fotogénico en cuanto ganamos algo de altura y contemplamos las inmensas praderías que lo rodean. Justo encima del pueblo, además, el vertical Cueto de Arbas y sus circos glaciares extintos añaden espectacularidad al conjunto. La ruta escogida para este relato parte de la última casa de El Puerto - viniendo desde Asturias -, que fue antiguamente la escuela del pueblo. Un tramo encementado en pendiente se dirige hacia una puerta metálica que impide que el ganado escape a la carretera. El camino, ancho y que permite la circulación de los vehículos de los vecinos, se dirige al corto valle de Faro, bordeándolo por su ladera occidental. Los neveros que aparecen al fondo, en la ladera del Picarín, reciben tanta nieve en el invierno gracias al viento que, a pesar de estar orientados al sureste, resisten lo mismo que los que se encuentran, doscientos metros más altos, en la cara norte del Cueto de Arbas.


En el puerto de Leitariegos también hay extraterrestres


Cienes de ellos. Deben de encontrar aquí un hábitat idóneo


El de los cuernos es claramente de otra especie. Seguramente, hasta de otro planeta

Por cierto, una aclaración importante: no es Cueto de Arbás, sino Cueto de Arbas
(o Cuetu d´Arbas, en asturiano), sin tilde en la última 'a'. De la misma manera que la parroquia de San Juliano lo es de Arbas y no de Arbás. La aldea entre Trascastro y Vegameoro es también Arbas, palabra llana y no aguda. Lo más grave del asunto es que el propio Principado de Asturias, en paneles informativos, folletos y publicaciones, insiste en la versión errónea. No creo que esto sea una cuestión de castellanización de la palabra en concreto, porque bastante castellana suena ya la palabra sin tilde, sino que imagino partiría de un error, que hizo fortuna, y que nadie se ha preocupado de subsanar.


De derecha a izquierda, Cueto de Arbas (2.002 m.), La Fana, Collada Fanetina, Pico Rapau y La Ferradura, que conforman todos los elementos de la montaña que lleva en conjunto el nombre de Cueto de Arbas. A sus pies, a la izquierda, bajo La Ferradura, se ven las casas del puerto de Leitariegos


Vistas hacia el sur con el arco de montañas entre el Nevadín (2.077 m., izqda.) y la Peña de Valdiglesia (2.134 m. dcha.)

Estábamos en que había que subir la cuesta por el lateral del valle de Faro. Aproximadamente un kilómetro más arriba, llegamos a un cruce triple. La pista por la que vamos sigue de frente, y se desgaja veinte metros más allá por otro camino a la izquierda. Pero antes de ese desvío parte una rodada muy marcada también a la izquierda, que asciende hasta una plataforma herbosa donde se va cayendo muy poco a poco una horrorosa caseta cuadrada de cemento y ladrillo, a pocos metros de un abrevadero-fuente de reciente construcción. Si no hemos cogido agua en el puerto, ésta parece de fiar, por la inspección visual que hice de la toma, que viene por un tubo de pvc desde unos metros más allá.


La Peña del Miro (1.745 m.), y la caseta en ruinas donde comienza la subida en serio a El Picarín


Placa en la fuente-abrevadero junto a la caseta en ruinas

Aquí la rodada adquiere más pendiente, y ya por la loma, en línea recta llega hasta la cumbre del Picarín (1.803 m.), desde el que ya vemos el valle de Cibea. Unos metros más abajo de la cumbre, en dirección norte, aparece la laguna del Faro, apenas una charca, pero que suele resistir todo el año con agua - por lo menos, en septiembre del 2003, después del verano más seco y horroroso de calor que recuerdo, aún tenía agua -. Ahora giramos completamente a la derecha, en dirección este, aún por la rodada, siguiendo la línea de estacas y alambre que separa los montes del pueblo de Llamera de absolutamente todos los que les rodean, sean de Genestoso, Caboalles o Sonande.


Asturias es Asturias: la niebla comienza a levantar en el valle de Cibea




Laguna del Faro, en primer término, y montes de Llamera y Genestoso


Laguna del Faro, parcialmente cubierta de nieve, y Los Penones (1.868 m.), adonde me dirijo

Un consejo muy valioso: nunca se te ocurra descender desde el valle de Vachera, atravesando el collado de la Mucheda, hacia Llamera, a menos que conozcas a alguien del pueblo. De todas las poblaciones de Cangas del Narcea (que ya son unas cuantas), es en Llamera donde la agresividad contra el parque natural de las Fuentes del Narcea ha alcanzado cotas máximas. Lo triste es que esa agresividad se dirige también al pobre caminante, ajeno e inocente de las decisiones políticas que otros han tomado, y que han provocado esta situación. Por supuesto, tampoco tiene culpa el conjunto del pueblo de Llamera, hermoso lugar y del que conozco excelentes personas, pero cuyo cacique hace y deshace y lleva la voz cantante (la suya propia y la de tres más), convirtiendo sus caminos en lugar vedado, a menos que uno guste de entablar soberanas discusiones y recibir desabridas palabras. Y si no, que le pregunten a aquel grupo de 37 montañeros de Gijón que descendía por la ruta que antes desaconsejé y que, a mitad de descenso, se toparon con uno de los personajes, y hubo de ir la Guardia Civil a rescatarles de allí. También la Guardería Medioambiental del Principado podría contar otras suculentas historias.


Cumbre de Los Penones. Al fondo, se ve el Cornón (2.188 m.)


Ya se ve la laguna del Viveiro

Así pues, mirando de reojo los montes de Llamera, de los que no alcanzamos a ver desde aquí sus hayedos de gran valor ecológico, continuamos la anodida loma, que nos lleva en pocos minutos hasta la cumbre de Los Penones (1.868 m.). Aquí se nos une otro cordal, de orientación norte-sur, que seguimos en dirección norte, bordeando la valla, ahora por un sendero de ganado, hasta la siguiente cota, La Regaliza (1.844 m.). En la corta travesía entre ambas cumbres, mirando hacia la derecha, ya habremos localizado la laguna del Viveiro. Toca decidir si merece la pena descender hasta ella, perdiendo doscientos metros de desnivel, para luego volver a subirlos de vuelta. Sería interesante poder contar con un coche de apoyo en el valle de Valdepila, y así no tener que hacer el regreso por el mismo lugar, porque hacer el circuito completo a pie, con más de diez kilómetros de asfalto, queda fuera de todo planteamiento.


El descomunal ventisquero entre Los Penones y La Regaliza. A las puertas del mes de junio, a 1.800 metros de altura, y ¡¡con orientación sur!! Aquí se ve lo que ha nevado este último invierno


En La Regaliza (1.844 m.), poco antes de descender hacia la laguna del Viveiro. Al fondo aparecen las montañas entre Genestoso y Somiedo, con el Chao de los Bueyes (1.928 m.) en el centro de la imagen

Como los metros de desnivel acumulados hasta ahora no deberían ser suficientes para que sintamos aún cansancio, es factible y razonable descender hasta la laguna y luego volver por el mismo itinerario. La bajada es corta y empinada, y nos deposita en poco tiempo en la orilla de la laguna. Al otro lado de la valla, ya en terrenos de Llamera, un ancho camino acompaña la empalizada en todo momento, hasta otra pequeña laguna, que se llena con el agua que desciende por una zanja artificial desde un manantial próximo. A pesar de estar sólo a 1.600 metros de altura, una gruesa capa de más de dos metros de nieve cubre parte de la laguna. Y teniendo en cuenta, además, que quedan dos días para el mes de junio. Aquí es donde se ve que el último invierno fue realmente excepcional en precipitaciones de nieve.


Laguna del Viveiro, con La Regaliza detrás


Otra toma de la laguna

El regreso no lo hago enteramente por el mismo lugar, porque a mitad de cuesta, giro a la izquierda por un sendero de ganado para entrar en la cabecera de la vaguada entre Los Penones y La Regaliza. Me fascina el impresionante ventisquero que hay entre ambas cumbres, claro de entender por el fortísimo viento que allí sopla, y que calculo que debe de tener un espesor próximo a los diez metros de nieve. En muchos lugares, el ventisquero se ha fracturado, dejando grietas de más de metro y medio de profundidad. Asciendo a él y lo atravieso por su punto más denso, y lo recorro posteriormente hasta cerca de Los Penones. Desde aquí, en vez de volver al Picarín, sigo hacia el sur, paralelo a otra línea de estacas que separa Leitariegos de Caboalles (o Asturias de León), hasta el collado de la Chana, y la Peña del Miro, que como su propio nombre indica, es un buen mirador.


Llegando a la base del ventisquero, que parece el frente de un glaciar


Cornón y laguna de Viveiro desde el ventisquero


Llegando a una de las zonas agrietadas


Es como un glaciar en miniatura


Con el bastón se ve la proporción de la grieta superior de la fotografía anterior

Vuelvo al collado de la Chana, y desciendo por un desbrozado sendero hasta la pista que bordea el valle de Faro por el extremo opuesto al que antes recorrí, lo atravieso hasta el camino de la mañana y vuelvo al pueblo. La ruta se puede seguir enteramente con el mapa de Muniellos editado por Calecha.


La pared negra de la mina de carbón a cielo abierto ilegal de El Feixolín


Hacia la Peña del Miro (1.745 m.)


Cueto de Arbas (2.002 m.) y puerto de Leitariegos desde el magnífico mirador natural de la Peña del Miro




Mapa extraído de Google Maps con la ruta realizada en trazo rojo. Pulsar en la imagen para ampliar



Mapa global del espacio natural Alto Sil con la ruta realizada en trazo azul. Pulsar en la imagen para ampliar



Nota: si no está visible la opción para dejar y ver comentarios, pulsa en el título naranja de este reportaje y ya podrás hacerlo.


9 comentarios:

  1. Extraterrestres, glaciares, secuestros... Si esto no es TURISMO DE AVENTURA que venga Dios y lo vea.

    ResponderEliminar
  2. Es tan interesante la ruta, de la que aportas una descripción fantástica, pero sobre todo, son tan "guapas" las fotos, que espero poder hacer este recorrido en cuanto tenga ocasión.
    Lo de llamera es otra más de las "vergúenzas" y de los despropósitos de la declaración del Parque. Al margen de que al cacique de turno le guste hacer y deshacer a su antojo, todos sabemos que "lo que mal empieza, mal acaba" y ahí sí que tiene mucha culpa la administración regional.

    ResponderEliminar
  3. Pues ir por algunas zonas del parque de Fuentes del Narcea sí sigue siendo una aventura. Los vecinos protestan justamente contra un parque natural (necesario, por otra parte) que se les impuso sin consultarles ni llegar a acuerdos con ellos. Lo que no me parece justo es que ese enfado se canalice hacia los pobres excursionistas que, llegados muchas veces de otros puntos de España para pasar unos días de relax, tengan que sufrir insultos y amenazas. Así no se consigue nada más que espantar al turismo. Los desagradables encuentros de turistas en Monasterio de Hermo o las brañas de La Viña aparecen desde hace años en internet. Luego, tipejos como Antonio Alba se pasean por el parque, y les dejan tranquilos, cuando son los auténticos culpables de todo el problema.

    ResponderEliminar
  4. No conozco a Antonio Alba, aunque sé que escribió un libro titulado "Por donde camina el oso", ni sé el cargo que ocupa dentro de la dirección del Parque Natural de Fuentes del Narcea; pero como bien afirmas, es triste que los turistas tengan que sufrir los desaguisados de la administración, y en parte también de los vecinos, y que nadie levante un dedo para tratar de arreglar el conflicto. Y yo me pregunto ¿no habrá ninguna persona sensata dentro de la administración, que de una vez por todas coja el toro por los cuernos y trate de desfacer el entuerto?. Mucho me temo, que la respuesta es: pasopalabra.

    ResponderEliminar
  5. El parque natural es necesario, pero bien hecho. Ahora está recurrido en los tribunales. Si no sale adelante, los vecinos estarán contentos, pero ya se ha invertido muchísimo dinero en él; si el parque natural continúa, seguirá el boicot de los vecinos, que lo convierte en inviable. Como decías tú, lo que mal empieza, mal acaba.

    Antonio Alba no está en la dirección del parque, sino en la Consejería de Medio Ambiente. Pregúntale a cualquier agente medioambiental por él, y quedarás con la boca abierta por todo lo que descubrirás sobre él.

    ResponderEliminar
  6. Sí, yo también he visto siempre o casi siempre acentuado el Arbas de Narcea. Lo más grave es que desde el Principado se considere aguda la palabra, porque siendo así se corre el riesgo de que se convierta en norma lo que es un error.

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  7. Pues en Cangas son pocos los que pronuncian como palabra llana. Es más, creo que nunca escuche a nadie, pronunciarla como palabra aguda. Yo soy uno de tantos que también la pronuncio mal. Jjjj.

    ResponderEliminar
  8. Lo de la ortografía, ya se encargarán otros. Quero felicitarte por tu narrativa explicatoria, y las buenas fotos que nos has mostrado. Hablando de faltas, me gusta más la palabra "mostrau"

    ResponderEliminar
  9. A últimos de mayo iré a Cangas de Narcea para visitar Leitariegos,Narcea .......

    ResponderEliminar

Tu comentario puede tener más valor que el texto que yo haya podido escribir. No dudes en dejarlo. Gracias