domingo, 8 de agosto de 2010

III Sarao Bloguero del Lejano Oeste


Escuela de Villardecendias (Ibias), sede del III Sarao Bloguero

No tuve excusa que valiera para dejar de asistir al III Sarao Bloguero del Lejano Oeste (astur-leonés), y por aquellos andurriales dejados de la mano de Dios del Villardecendias ibiense hube de dejarme caer. No soy yo muy de jolgorios, fiestas, muchedumbres y gentíos, como tampoco de cuchipandas y maratones culinarias, pero había que acudir, y máxime cuando los anfitriones eran nada menos que los amigables vecinos del Villar, uno de los pueblos más recomendables de visitar de Ibias.


La escuela -cerrada hace más de veinte años- es un lugar espartano, pero con el encanto de las viejas casas de pueblo

La asistencia pulverizó en número el registro conseguido en anteriores encuentros, con la mayor presencia lacianiega hasta la fecha (cuatro representantes). No voy a extenderme en detalles concretos sobre el desarrollo del encuentro, convocado por María del Roxo, y que ya se encargarán de contar otros. Hubo de todo en las ocho horas de confraternización, sobre todo comida -once tortillas de patata para veintiséis comensales- y más vino y sidra de la que fuimos capaces de tragar, así como bastantes risas por diversas ocurrencias de la organizadora. Y tuve ocasión de conocer por fin en persona a José de Mingo, el pionero de los blogueros del Lejano Oeste, y que vino expresamente desde La Rioja, con su mujer Lourdes, al encuentro.


No hizo falta colgar nada del perchero, porque el célebre sol de Ibias -el sol de Asturias- nos atizó con ganas

Impecable el trabajo y admirable el esfuerzo de la familia Suárez para acondicionar la vieja escuela de Villardecendias para el encuentro bloguero, y por los preparativos para la comida, que eran para cincuenta personas más que para veintiséis, con todo el esfuerzo que eso supone. Y como siento una especial debilidad por los que trabajan duro y no buscan reconocimiento público a sus esfuerzos -cuánto mejor iría el mundo si todos fueran así-, quiero hacer aquí un homenaje a Gonzalo de Suárez, bloguero de Villardecendias, anfitrión y amigo, y ¡cómo no!, a su mujer Berta, trabajadora infatigable hasta unos extremos que nos os podéis hacer idea, y con una capacidad de trabajo y abnegación que si las tuvieran nuestros políticos, otro gallo nos cantaría. Además, lacianiega de Caboalles del Medio -aunque no lo encontréis en los mapas, os aseguro que existe-.


Berta preparó un asiento distinguido para la Marquesa de la Viña, que no deposita sus posaderas en una vulgar silla, como el resto de plebeyos y chusma del populacho que asistimos

Las fotografías son todas previas al encuentro, cuando el silencio de Villardecendias impregnaba el lugar. Del ruido y el estrépito posterior ya veréis las fotos en los blogs de la competencia...


La privilegiada panorámica de Pena Rugueira, montaña más alta de Ibias, siempre presente desde Villardecendias



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