Escuela de Villardecendias (Ibias), sede del III Sarao Bloguero
No tuve excusa que valiera para dejar de asistir al III Sarao Bloguero del Lejano Oeste (astur-leonés), y por aquellos andurriales dejados de la mano de Dios del Villardecendias ibiense hube de dejarme caer. No soy yo muy de jolgorios, fiestas, muchedumbres y gentíos, como tampoco de cuchipandas y maratones culinarias, pero había que acudir, y máxime cuando los anfitriones eran nada menos que los amigables vecinos del Villar, uno de los pueblos más recomendables de visitar de Ibias.
La escuela -cerrada hace más de veinte años- es un lugar espartano, pero con el encanto de las viejas casas de pueblo
La asistencia pulverizó en número el registro conseguido en anteriores encuentros, con la mayor presencia lacianiega hasta la fecha (cuatro representantes). No voy a extenderme en detalles concretos sobre el desarrollo del encuentro, convocado por María del Roxo, y que ya se encargarán de contar otros. Hubo de todo en las ocho horas de confraternización, sobre todo comida -once tortillas de patata para veintiséis comensales- y más vino y sidra de la que fuimos capaces de tragar, así como bastantes risas por diversas ocurrencias de la organizadora. Y tuve ocasión de conocer por fin en persona a José de Mingo, el pionero de los blogueros del Lejano Oeste, y que vino expresamente desde La Rioja, con su mujer Lourdes, al encuentro.
No hizo falta colgar nada del perchero, porque el célebre sol de Ibias -el sol de Asturias- nos atizó con ganas
Impecable el trabajo y admirable el esfuerzo de la familia Suárez para acondicionar la vieja escuela de Villardecendias para el encuentro bloguero, y por los preparativos para la comida, que eran para cincuenta personas más que para veintiséis, con todo el esfuerzo que eso supone. Y como siento una especial debilidad por los que trabajan duro y no buscan reconocimiento público a sus esfuerzos -cuánto mejor iría el mundo si todos fueran así-, quiero hacer aquí un homenaje a Gonzalo de Suárez, bloguero de Villardecendias, anfitrión y amigo, y ¡cómo no!, a su mujer Berta, trabajadora infatigable hasta unos extremos que nos os podéis hacer idea, y con una capacidad de trabajo y abnegación que si las tuvieran nuestros políticos, otro gallo nos cantaría. Además, lacianiega de Caboalles del Medio -aunque no lo encontréis en los mapas, os aseguro que existe-.
Berta preparó un asiento distinguido para la Marquesa de la Viña, que no deposita sus posaderas en una vulgar silla, como el resto de plebeyos y chusma del populacho que asistimos
Las fotografías son todas previas al encuentro, cuando el silencio de Villardecendias impregnaba el lugar. Del ruido y el estrépito posterior ya veréis las fotos en los blogs de la competencia...
La privilegiada panorámica de Pena Rugueira, montaña más alta de Ibias, siempre presente desde Villardecendias
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Ainss, qué envidia, por el entorno, por el encuentro, debió ser fantástico. Yo, como bien sabes, llevo poquito tiempo, bueno, ya va para medio año, en esto del ciberespacio, pero también se me ha pasado ya por la cabeza el organizar un ciberencuentro en Foldada... Todo se andará. Abrazos ;-)
ResponderEliminarTodavía en plena resaca post-encuentro, ¿qué voy a decir yo? Agradeceros una vez más a todos vuestra asistencia y, en especial, a los que os habéis desplazado expresamente para la ocasión desde el otro extremo de España: Jose y Lourdes, pero también Maribel y Manolo (que renunciaron expresamente a unos días más de vacaciones por Alicante).
ResponderEliminarY sobre el trato recibido por la familia Suárez (Gonzalo, Berta, Rodolfo, Inés, Miguel, Begoña) y por sus amables vecinos (Antonio y Angelines) de Casa Natal... me faltan las palabras. UN GRACIAS GRANDE COMO UNA CASA!!! SOIS LOS MEJORES!!!
Carzum: por lo que veo en tu blog, hay personal de sobra para que organicéis un encuentro multiprovincial y multitudinario. Es bueno poner cara a la gente con la que intercambias comentarios a diario. Un saludo
ResponderEliminarMaría (culpable de todo esto): lo de la resaca te lo aseguro yo, que al día siguiente me levanté con los ojos pegados, porque el vino hecho en las viñas de Casa Suárez va entrando y no te das cuenta del mareo hasta que es tarde. Yo también iba a haber hecho una mención a Manolo y María I., por el largo viaje que hicieron sólo para esto, pero quise ser tan breve que se me quedó en el tintero. Por cierto, si Begoña lee estas letras, que sepa que su bizcocho tenía una pinta formidable, pero ya nos faltó sitio en el estómago para hincarle el diente -como para la mayor parte de la comida-.
Enhorabuena por ese nuevo record de asistencia, estoy seguro de que, como siempre en estas reuniones, lo mejor fue la compañía.
ResponderEliminarUn saludo
Sí, Cienfuegos, tienes toda la razón.
ResponderEliminar¡¡Qué puede uno comentar de tan "guapu" encuentro!!.
ResponderEliminarPara empezar decir que ha sido un placer conocer a los blogueros que hasta la fecha eran virtuales y desde el sábado son personales, empezando por Alto Sil, con quien compartí una animada charla y siguiendo con Maria I., Angel y el Tsobu. Y, cómo no,también fue motivo de satisfacción reencontrarse con la gente que ya conocía(mos).
Por otro lado: ¡¡Qué grandes anfitriones fueron Gonzalo,Berta y familia!! Muchas gracias por vuestro trato y camaradería. Y también por vuestra paciencia para con este paisano de Moal, la Riojana y el Cabreiro, que abandonamos Villar de Cendias cuando el reloj ya pasaba de las once de la noche.
Una vez de vuelta a casa, te das cuenta que ha merecido la pena realizar este "pequeño" viaje, porque los momentos que pasamos juntos los habéis hecho entrañables y emotivos.
Muchas gracias a todos y hasta el próximo encuentro bloguero.
José, no creo que tuvieran que echar mano de paciencia los de la familia Suárez, porque una vez que traspasas su puerta, lo raro es que te dejen volver a salir por ella rápidamente, ya que son muy hospitalarios. Me alegro que haya merecido la pena vuestro viaje.
ResponderEliminarSeguro que aunque no te gusten mucho los saraos,a este vuelves encantado,como la mayoria de nosotros.Yo la resaca mas que por el vino,creo que fue por probar todos los licores incluido el orujo puro,y uno no esta acostumbrado aunque solo sea un chupito de cada cosa.
ResponderEliminarSí, sí, recuerdo que había un licor de cerezas que era alcohol puro, del que se usa para desinfectar las heridas. Pero bueno, igual sin esos licores no te hubieran convencido para que posaras con el sombrero vaquero, la estrella de sheriff y el winchester de la tienda de los chinos, ¿eh?
ResponderEliminarPero ¿cómo dices que no te gustan los saraos si fuiste el alma de la fiesta?????????????
ResponderEliminarNo para eso no me hacia falta licor,un dia es un dia,aunque lo de salir en las fotos no lo digiero muy bien,no.
ResponderEliminarMás que de la fiesta, fui el alma del partido de fútbol que le eché al Marquesito de la Viña. En la mesa creó que se oyó más el sonido de tu voz que el mío
ResponderEliminarChapras, pues comentábamos todos que parecías un sheriff de los de verdad, tipo western en blanco y negro. Cualquier día te dan un papel de secundario en una película del género.
Sin duda pasasteis un rato muy agradable,por lo que se ve casi no hubo ni comida ni bebida,jajaja.
ResponderEliminarUn saludo.
Si hubiéramos decidido quedarnos dos días más, comiendo y cenando, igual sí se nos habrían terminado las vituallas. Un saludo
ResponderEliminarGracias a todos por tantos halagos, para nosotros fué un dia de esos que merece la pena recordar.
ResponderEliminarUn abrazo.