viernes, 29 de enero de 2010

Asociación de Enemigos del Neolítico

Victorino Alonso García

Éste bien podría ser el nombre alternativo de la Casa de León en Madrid, la misma que va a homenajear a Victorino Alonso García, el mayor empresario minero del carbón de la Unión Europea, y leonés, como su amigo José Luis Rodríguez Zapatero.

Como comentaba en una entrada anterior del blog, Victorino Alonso, propietario de una gigantesca finca en el parque natural de la Sierra y los Cañones de Guara, en Huesca, que incluía dentro de sus límites el segundo yacimiento más importante de España del Neolítico -la cueva de Chaves- un buen día se levantó por la mañana y decidió que iba a hacer un pesebre en la cueva con su maquinaria pesada, utilizando luego las rocas que le estorbaban para hacer una presa con agua para los animales importados que lleva allí para sus cacerías. Sólo hay que teclear en cualquier buscador de internet las palabras 'Cueva de Chaves' para encontrar miles de referencias a este suceso.

La Casa de León en Madrid deduzco que no tiene nada personal contra la gente de Huesca, aunque lo que bien parece es que no están muy enterados de lo que ocurre en el mundo exterior. ¿Qué va a pensar la gente de Huesca cuando sepa que el que destruyó el mayor yacimiento Neolítico de Aragón va a ser homenajeado? Yo creo que la palabra 'perplejo' carece de la carga semántica suficiente para describirlo.

Mientras tanto, el gobierno de Aragón sigue intentando echar tierra al asunto de la cueva de Chaves, no sé si siguiendo instrucciones desde La Moncloa, o porque Victorino Alonso, el hombre de los mil contactos, tiene bien atados a los gobernantes de esa región, al igual que ocurre con los de Castilla y León, que no son del PSOE sino del PP. Porque ése es el gran don de Victorino Alonso: la capacidad para unir en algo a gente que no se habla, y que cuando pactan en alguna otra materia (terrorismo, gobernabilidad en el País Vasco, etc.) es con una sonrisa forzada y de compromiso. PP y PSOE defienden a Victorino Alonso como si les fuera la vida en ello, y no se avergüenzan de estar de acuerdo en algo con su peor antagonista. Lo de Victorino Alonso es carisma, es liderazgo, es... es un milagro. Victorino Alonso está malgastando su vida en el mundo empresarial, cuando alguien con esa capacidad para aglutinar voluntades podría estar cambiando el mundo para convertirlo en un lugar mejor. Una palabra suya, y las hordas se ponen en movimiento. ¡Qué despilfarro de hombre!

Quizás si un día Victorino se cae del caballo como Saulo de Tarso (San Pablo) y da un giro radical a su forma de actuar, podría llegar a ser un personaje homenajeable. Un hombre como él, con su iniciativa, su capacidad de trabajo y su capacidad para dirigir hombres, con su potencial para crear empleo, es necesario. Pero ese mismo hombre, saltándose las leyes porque sabe que todo se lo perdonan, tratando a sus empleados como esclavos, chantajeando constantemente a los políticos que le hacen frente, dejando paisajes lunares por los lugares por donde se abren sus minas a cielo abierto -que luego no restaura-, contaminando los ríos con sustancias muy tóxicas -luego le caen multas de mil euros-, y amenazando con su chulería crónica sabiendo que nadie le para los pies, no sólo no es necesario, sino que es un peligro público.

Ése debió de ser el talante prometido por el presidente del Gobierno al ganar las elecciones del año 2004. Lo que se le olvidó matizar es que iba a ser talante sólo para sus amigos, como Victorino Alonso. Y todo lo contrario para los que no comulgaran con sus ruedas de molino. Como le ha ocurrido a Pepe el Ferreiro, ya ex-director del Museo Etnográfico de Grandas de Salime, que él creó de la nada en la casa donde nació, al que llenó de objetos y útiles tradicionales que con mucho esfuerzo y dedicación fue buscando. Un museo que pasó a manos del Principado de Asturias, y que ahora, en contra de la opinión de todo el mundo (menos de cuatro caciques del partido), ha puesto de patitas en la calle, básicamente por la franqueza que siempre mostró al hablar de los gobernantes, a Pepe el Ferreiro, el alma del museo. Un Pepe el Ferreiro al que han obligado a entregar las llaves del museo ante notario, y al que no permiten la entrada para recoger sus enseres personales.

Museo Etnográfico de Grandas de Salime, con José Naveiras Escanlar, "Pepe el Ferreiro". Fotografía de Miki López

Importante: Se ha habilitado un blog de apoyo a Pepe el Ferreiro, en el que se exige su inmediata restitución como director del Museo Etnográfico de Grandas de Salime. Muestra tu apoyo y, si tienes un blog, hazte seguidor de él, para arrimar el hombro y que los políticos escuchen al pueblo, que es quien les paga el sueldo y les debe pedir responsabilidades. Pulsa aquí


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lunes, 11 de enero de 2010

Más frío que nieve


Carretera general (Villablino-Barrios de Luna) a su paso por Babia

Frío en abundancia, pero nieve, no tanta. Eso fue lo que dejó el último temporal en Laciana. Ayer los termómetros bajaron hasta los 13 grados bajo cero, que parece nada comparado con las mínimas que se oyen en otros lugares de España, pero que para Laciana ya está bastante bien, teniendo en cuenta que en un invierno normal la temperatura no suele bajar de 6 ó 7 bajo cero.






Aquí es donde se plasman los -13º


Detalle de los mismos carámbanos

En cuanto a nieve, haberla húbola, pero no fue una nevada histórica ni mucho menos, al contrario que en Palencia o muchos lugares de Asturias. Esta vez tampoco me tocó vivir la nevada en Laciana, y para cuando arribé hoy, los espesores habían ya ido menguando. Ahí van unas imágenes, no sólo de Laciana, sino de Babia, donde siempre -son 200 metros de altura más- los espesores son unos 20 centímetros superiores.


Casa de Babia


Peña Ubiña (2.417 m.), vertiente babiana



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martes, 5 de enero de 2010

El otro Victorino Alonso


La Cueva de Chaves, hasta hace poco un importante yacimiento arqueológico

No, no, no, leyendo el título no te vayas a pensar que existe un Victorino bueno y un Victorino malo, como un Dr. Jekyll y un Mr. Hyde. Sólo hay un Victorino Alonso: el malo, el delincuente, el chulo, el arrogante. Pero hasta ahora aquí sólo se había hablado del Victorino Alonso como empresario minero. Hay otro, -o incluso varios más-, que en este caso es el Victorino Alonso terrateniente y cazador. Aunque llamar cazador a Victorino Alonso es denigrar la palabra cazador. La empleo para hacerme entender, porque este hombre no caza, sino que fusila animales inofensivos con un rifle con mira telescópica. Animales que importa de otros continentes para soltar en sus grandes fincas, y que luego sirven de blanco a este individuo.

Una de las fincas en las que este valiente se enfrenta en esa desigualdad de condiciones a esos pobres animales está en Huesca, en el parque natural de la Sierra y los Cañones de Guara, conocida principalmente por ser el principal exponente en España para ese relativamente nuevo deporte que es el descenso de cañones o barranquismo. En las afueras de este parque natural, donde los grandes desfiladeros de esta sierra ya van perdiendo fuerza, Victorino Alonso se hizo con la propiedad de una gran extensión de terreno, no sólo de un gran valor ecológico, sino también cultural. Y el valor cultural viene dado porque allí se encontraba el que era seguramente el segundo yacimiento arqueológico del Neolítico más importante de España: la cueva de Chaves.

Allí se encontraba. Ya no.

Lo ha destruido Victorino Alonso. ¿Por qué? Pues por algo tan trivial como que le venía bien utilizar algunas rocas de la cueva para hacer un abrevadero o presa para sus animales, y ordenó que una excavadora entrase en la cueva para extraerlas.

¿Y cuál ha sido el castigo a Victorino Alonso García por cometer esta barbaridad?

ABSOLUTAMENTE NINGUNO



El vallado de la finca de Victorino Alonso

Puedes ver la historia completa en un excelente documental, pulsando en este enlace
http://imanatfilms.blip.tv/file/3020157/

Desde aquí doy las gracias a uno de esos valientes de Laciana que con algo más de suerte con la que el antílope de las fincas de Victorino se enfrenta a su rifle, aquí se enfrentan a él: mi amigo, el Tsobu de Laciana, que ha servido de puente con las gentes de Huesca, que para su desgracia acaban de descubrir a Victorino Alonso, el amigo y protegido del presidente del gobierno.



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