domingo, 28 de noviembre de 2010

La nieve en el Alto Sil


Acaba de llegar a mis manos un pequeño trabajo de investigación publicado por la Universidad de La Rioja, en el que aparecen dos interesantísimos artículos (para el que le interese algo tan específico) sobre aludes y nichos de nivación en el Alto Sil. Ambos textos han sido elaborados por J. Santos González, J. M. Redondo Vega, A. Gómez Villar y R. B. González Gutiérrez, de la Universidad de León.

Son textos muy técnicos, pero sumamente interesantes para los que seguimos estos temas (en este blog el tema de la nieve es muy recurrente). Entre los agradecimientos en uno de los artículos, se cita a Vitín, de Salientes.

Mencionar por mi parte que uno de los nichos de nivación citados, el que se forma en el cordal sureste del Nevadín, a poca distancia de la cumbre, resistió en el verano del 2010 hasta el 20 de agosto, algo excepcional, puesto que casi todos los años no aguanta hasta el mes de julio. Por esas fechas, aproximadamente, se extinguía otro en el macizo de Peña Trevinca, que estuve contemplando durante buena parte del verano en la lejanía desde distintas cumbres del Alto Sil.

Entre los aludes de nieve que se citan, aparece uno que bajó desde la ladera del Pico del Miro, en Villarino, y que llegó hasta la carretera. Coincide que unos días después estuve yo recorriendo ese tramo de carretera a pie y me encontré con él, ya muy reducido, debido al aumento brusco de temperaturas que hubo después de la gran nevada.

Alud de nieve que bajó hasta la carretera Ponferrada-Villablino en enero del 2009. La foto fue tomada el día 16, unos días después

Para los interesados en adquirir el libro (aunque ya se ve el título en la foto que he subido), se llama Cuadernos de Investigación Geográfica, Tomo XXXVI (1); la parte 2 de este tomo no trata la zona del Alto Sil.


Sumario del libro



jueves, 18 de noviembre de 2010

El último teito de Lumajo


El hórreo de teito de Lumajo, en octubre de 2010

De los cinco hórreos con cubierta de paja de centeno (teitos) que había en Lumajo en 1982, ya sólo queda uno, y puede que dentro de poco, ninguno. El primer paso antes de la desaparición de una cubierta de paja es con frecuencia la aparición de un plástico que la cubre, que evita que las goteras de la cubierta afecten al interior del hórreo. El último hórreo de teito de Degaña lleva ya cerca de diez años cubierto con el plástico, al igual que uno de los dos hórreos de teito de Sosas de Laciana.


El hórreo de teito de Lumajo en febrero de 2008, ya con un pequeño plástico

Veo que en los últimos años se han restaurado algunos hórreos de teito, como los dos de Caboalles de Arriba, el otro teito de Sosas o uno de los de Villager de Laciana, así como la palloza -también con cubierta de paja de centeno- de Robles de Laciana, ésta última hace pocos meses. Ojalá las ayudas lleguen a tiempo -suponiendo que haya algún euro en las arcas públicas a estas alturas de la crisis- para evitar que el hórreo de Lumajo, o uno de los Villager y el de Sosas que mencioné, no den el paso definitivo a la cubierta de pizarra, de la que ya no hay vuelta atrás. Después de Ibias y de Cangas del Narcea, Villablino (comarca de Laciana) es el municipio de la cordillera Cantábrica con más ejemplares de hórreo de teito. Sería triste desaprovechar algo en lo que Laciana sobresale por encima de docenas de municipios, ahora que Laciana necesita, más que nunca, espaldarazos de cualquier tipo.


El hórreo de Casimira, en Villager de Laciana, próximo candidato a la cubierta de plástico