miércoles, 15 de octubre de 2008

A modo de introducción... y de crítica


Peña Valdiglesia, en el valle de Salientes

El Alto Sil es un pedazo del paraíso que antaño cubrió la Tierra, un fragmento en un océano de desolación paisajística que, debido a su escasa población, se ha mantenido en un magnífico estado de conservación hasta el siglo XXI. El concepto magnífico es relativo, por supuesto, ya que en su estado original carecía de explotaciones mineras a cielo abierto, canteras de mármol o pizarra, incendios periódicos, vertederos incontables y otros ejemplos de devastación, todos, obra del único ser vivo capaz de semejantes fechorías: el ser humano. Pero como todo el resto de la geografía nacional está en general mucho peor, el Alto Sil se ha encontrado con los laureles del César en el imperio de las cloacas.

Actualmente el Alto Sil no cuenta con ninguna figura de protección como espacio natural. Es ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves
) y LIC (Lugar de Interés Comunitario), pero aunque aparece en algunos mapas editados por la Junta de Castilla y León como Espacio Natural Ancares-Alto Sil o Ancares simplemente, sobre el terreno aún no hay nada. El hecho de que Laciana fuera declarado hace años Reserva de la Biosfera por la UNESCO no parece motivar a aquellos que deberían ponerse manos a la obra y dotar de protección legal a este territorio. No es que parques naturales declarados (Somiedo, Fuentes del Narcea) colindantes con el Alto Sil tengan una calidad medioambiental abismalmente mejor, sino que la declaración como espacio protegido cerraría las puertas -sobre el papel- a muchos delitos contra el medio ambiente que actualmente se están cometiendo con total impunidad.

Muy a pesar de todos estos desmanes tolerados por la administración (local, regional y central), el Alto Sil se ha convertido en estos últimos años en el principal núcleo reproductor del oso pardo cantábrico y conserva el mayor número de ejemplares del moribundo urogallo cantábrico, una especie que tiene los años contados. ¿De qué estaríamos hablando si el Alto Sil contara con unas mínimas medidas de protección?


Otro gran problema que contribuye
a empeorar las cosas en esta comarca es la falta de concienciación de la mayor parte de sus habitantes. Residen en un lugar único, que ya quisieran muchas provincias de España y estados europeos poder aún tener, pero esto no parece habérseles pasado por las mientes, ellos que son los que tienen el mayor poder para conservarlo. Porque cuando un pueblo quiere, no hay casi nada que se ponga por delante. Mucha envidia se siente desde el Alto Sil -más bien desde aquellos de sus vecinos que han despertado a la realidad- hacia las plataformas vecinales que se han constituido en León y Asturias para impedir la construcción de la línea de alta tensión Lada-Velilla. Porque cuando un pueblo se une, hasta los imperios caen.

Pero cuando un pueblo cae en la desidia y entra a ciegas en un lóbrego túnel sin salida, desunido y sin ilusiones, es terreno abonado para los parásitos, sanguijuelas y otros personajes de ese pelo. Sanguijuelas y parásitos en sentido figurado, ya que los que existen en la naturaleza por lo menos están ahí para cumplir una función en los ecosistemas.


Mina de carbón abandonada sin restaurar en La Mora, entre Laciana y Babia




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