jueves, 8 de abril de 2010
Nieves recalcitrantes de Omaña
Entorno del Alto del Pando, en la sierra del mismo nombre. Omaña
Omaña empieza a estar ya un poco alejada del eje central de la cordillera Cantábrica, es decir, de la divisoria de aguas entre Asturias y León, en este caso. Por ello, recibe menos precipitaciones de lluvia y nieve que zonas más al norte, como puede ser Babia y, por supuesto, Asturias. Con esta idea en la cabeza, y viendo que la cota de permanencia de la nieve en cara norte en Laciana y Babia era de unos 1400-1500 metros de altura, me encaminé hacia el Valle Gordo de Omaña, para dar un paseo tranquilo sin toda la parafernalia del equipo invernal.
En la vertiente opuesta al Valle Gordo, hacia el sur, en tierras ya bercianas del Alto Boeza, hay una de esas ermitas de alta montaña que reciben un halo místico extra, por el hecho de su enclave solitario y su lejanía a núcleos habitados. De ese tipo de ermitas donde incluso hoy en día (en otras regiones) se refugian durante un tiempo al año ermitaños modernos, que buscan en el silencio respuestas que el bullicio y la distracción de la vida en sociedad no pueden dar. No sé si esta ermita a que me refiero, la de Peñafurada, ha albergado alguna vez a algún ermitaño, aunque tiendo a pensar que seguramente esté cerrada con un grueso candado que impida el acceso a montañeros ocasionales con tendencia al gamberrismo y a la rotulación de paredes con mal gusto.
Ermita de Peñafurada (en el recuadro), vista desde las proximidades de Peña Cefera
Como tantas veces, tengo que recurrir a referencias de alguna de las obras publicadas por Julio Álvarez Rubio sobre estas tierras leonesas, y en este caso, a las tres páginas que le dedica a la ermita de Peñafurada y su procesión del 15 de agosto en el libro sobre Omaña. No dispongo de más datos que éstos sobre la ermita, y por eso refiero al lector a ellos.
La misma vista, con teleobjetivo
La idea de la jornada era alcanzar el entorno de la ermita desde Vegapujín, no desde Posada de Omaña, que es de donde parte la pista forestal que lleva a la ermita. Habría que ir ascendiendo por algún camino vecinal que luego, ya sin remedio, desembocaría en la pista, poco antes del Alto del Pando, que separa Omaña de El Bierzo. Pisando nieve a 1500 metros, sólo los últimos metros de cara norte antes del collado (1.673 m.) estarían tapizados completamente de blanco.
Vegapujín
Según venía avanzando con el coche por el inicio del Valle Gordo, percibí que la cantidad de nieve era mucho mayor de lo que debería ser. El entorno del Alto del Pando tenía mucho espesor de nieve, y retales llegaban incluso hasta el mismo valle, a 1.200 metros de altitud. Por no traer, no había traído ni polainas, que apenas pesan y bien podía haber traído sin mayor incomodidad.
Localizado en el mapa militar el camino que debía tomar, y encontrado sobre el terreno, parto por él en un día soleado pero muy frío. En el primer repecho aparecen las primeras manchas de nieve, de 40 cm. de espesor, y dura como una piedra. El camino está muchas veces encharcado, por la gran cantidad de agua que rezuma el terreno, y un reguero que en verano seguramente esté seco, hay que cruzarlo metiéndose ligeramente en el agua. Se llega a una terraza horizontal, donde se ha formado una pequeña laguna, y ahí el camino comienza un pequeño zigzag entre las escobas. Al encaminarse hacia el siguiente arroyo, una gran placa de nieve borra completamente el perfil del camino. La nieve, en la superficie, está muy dura, pero no así por debajo, y de los sucesivos hundimientos hasta la rodilla me empieza a entrar nieve por la parte superior de la bota.
Mientras la nieve está dura, ningún problema. Grandes espesores a sólo 1.300 metros de altura
Realmente grandes
Cornisas que empiezan a desmoronarse
En Laciana y en Babia no hay estos espesores de nieve a 1.400 metros de altura
Se alcanza una pequeña cuenca donde hay un gran corral y un cruce de caminos. Aquí ya no es posible saber por dónde va el camino que debo seguir, aunque mirando el mapa veo los siguientes puntos a los que debo ir. Veo unas grandes huellas bajar de un pequeño ventisquero en la cabecera del circo y me acerco a ver qué son, pero resultan ser mucho más pequeñas de lo que parecían, y de jabalí. Una línea de escobas indica por dónde va el camino, del que no hay otra referencia visual. Alcanzo un pequeño collado, desde el que ya veo el Alto del Pando, y la pista que procede de Posada de Omaña. Hay demasiada nieve para ser un simple paseo, y mucho más sin polainas. Aún así lo intento, pero al entrar en el gran robledal que sigue, me hundo hasta por encima de la rodilla, y decido que es mejor dejarlo para otro día.
Poco después de este collado, daría la vuelta
Este rincón del Valle Gordo, sin ser de la espectacularidad del abedular de la Guariza, bajo la imponente Peña Cefera, tiene su aquél. Seguramente por aquí llegue el oso pardo, en sus largos rodeos, ya que el límite de su zona de asentamiento permanente acaba algo más al oeste. Al otro lado de la montaña, en una situación realmente sorprendente y esperanzadora, sobreviven los urogallos más meridionales de Europa. Unos urogallos que ya no existen en los famosos bosques de Somiedo y que sí lo hacen en estos desconocidos bosques. Unos urogallos que suponen un grave trastorno para los promotores eólicos, porque les impiden facturar un dinero fácil, a costa de cuatro bobos que se han dejado seducir por promesas absurdas y sin fundamento de que el futuro de Omaña y el Alto Boeza está en los parques eólicos. De momento, y pese a algunas sentencias judiciales en contra, los promotores eólicos siguen construyendo, mientras el gobierno regional mira para otro lado. Otro ejemplo más de que, indendientemente del signo político del partido que gobierne, los oscuros tejemanejes entre políticos y empresarios deciden por nosotros lo que va a ser de nuestras tierras, nuestros bosques y nuestra fauna. En definitiva, de nuestra calidad de vida.
Panorámica desde el collado. A la derecha, el Alto del Pando. Guapo, ¿eh? ¿Qué será eso que aparece recuadrado en rojo? La respuesta, en la siguiente foto.
Molinillos de viento. El empresario de turno ya ha hecho caja. Él no vive aquí, y no le molesta ni el ruido de las aspas ni el hecho de que las vistas desde su ventana se hayan echado a perder para siempre. Siguiente paso: buscar alguna otra sierra perdida donde colocar más chismes de éstos, en algún sitio donde los pocos habitantes no tengan la fuerza suficiente como para echar a perder otro buen negocio.
Mapa extraído de Google Maps con la ruta realizada en trazo rojo. Pulsar en la imagen para ampliar
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Acabo de leer tu artículo, que alegría encontrarse uno nuevo. Vaya casualidad. Esta mañana he estado mirando mapa y ruta para visitar esta ermita y veo lo que has subido. Tengo ganas de conocer esos parajes y esa ermita.
ResponderEliminarPor otro lado te cuento que el pasado domingo subí por los montes de Pardamaza, los más occidentales de la Sierra de Gistredo. A los 1.200 metros ya metía la rodilla en la nieve. Fui sin raquetas y sin ropa adecuada. Ni que llevara el manual del dominguero bajo el brazo. Resultado: dar la vuelta a las 10:30 de la mañana (había madrugado mucho)
Vidas paralelas. La misma torpeza a ambos lados del macizo.
ResponderEliminarUn saludo
Sí, sí... disculpas y más disculpas.... ¿no será que estás en baja forma después de pasarte unos meses hibernando? Por cierto: echamos de menos a los tsacianiegos en el Encuentro...
ResponderEliminarMaría, empiezas a hablar como la Marquesa. ¿Te sentaste al lado de ella en el encuentro bloguero y se te pegó algo?
ResponderEliminarYo no abro la boca, así que ni se notaría que no estuve. El Tsobu es más parlanchín. Y cada vez nos ponéis el encuentro bloguero más lejos. Nos sentimos discriminaos
Alto Sil, un placer volver a leer tus rutas.
ResponderEliminarPor cierto, el encuentro bloguero más que lejos estaba en el lejano oeste
Se te echaba en falta pero merecio la pena esperar.
ResponderEliminarcuanto tiempo!
ResponderEliminarA mi también me empieza a recalcitrar la bendita nieve, ya tengo ganas de apartar moscas.
Lo del urogallo y los molinillos mas bien me da arcadas.
Hola, José: veo que hiciste un buen trabajo de guía de tus territorios para los blogueros. Dentro del Lejano Oeste hay sitios que están lejos incluso para otros habitantes del Lejano Oeste. Un saludo
ResponderEliminarGracias, Tejón. Hace mucho que no le dedico tiempo a esto de los blogs.
Suso: precisamente a las moscas no las echo de menos. Eso de estar cinco o seis horas moviendo la mano en torno a la cara es un poco cansado. Esta primavera van a salir bichejos a millones. Pero la nieve sí que llega a cansar, por mucho que a mí me guste. Un saludo
Releerte en viernes !placer!. Las cornisas desmoronándose hacen volar mi imaginación.
ResponderEliminarMilio: nada mejor que caminar por el borde de una de ellas para aprender a volar (cuando se rompe bajo los pies y caes al vacío). Un abrazo
ResponderEliminarHermosa ruta, para ir un poco más preparado. Aquí en Sanabria seguimos con buena nieve en torno a los 1400m.
ResponderEliminartodavia queda nieve. Saludos. Buenas fotos
ResponderEliminarXibeliuss: con las polainas, hubiera sido una ruta relajante e interesante. Es curioso que más al sur tengáis aún tanta nieve. Como siempre, son las nubes las que deciden dónde descargan
ResponderEliminarDavid: si no llueve, aún hay nieve para rato.
Saludos a los dos
Una ruta muy chula, y vaya neveros!!! Por estos lares aún queda nieve también, y algunos neveros de los gordos, gordos por el Cueto de Millaró. Menos mal que estos días ha salido el solín primaveral que ¡¡¡se agradece muchísimo!!!.
ResponderEliminarUn abrazo, y un placer leerte, como siempre ...
Es una satisfacción volver a leerte. Excelente entrada, como siempre.Y, efectivamente, la ausencia lacianiega fue lamentada por todos. Habrá que buscar por L.laciana un sitio para próximos Encuentros para que no tengáis excusa.......
ResponderEliminarAmiga de la Tercia y Arbas (sin acento en la última 'a', leñe): estos días de sol y buenas temperaturas han reducido las nieves en cotas bajas. Se va la nieve y empieza el nuevo ciclo de la vida. Un saludo y gracias
ResponderEliminarXastre: si nos ponéis el encuentro bloguero en Laciana, no sé qué excusa trapera nos vamos a inventar si no vamos. Quita, quita, déjalo bien lejos y así la excusa es fabulosa.
Todavía estoy esperando por el blog que dijiste en el primer encuentro bloguero que ibas a crear. Tenéis que tomar el relevo otros, porque algunos ya escribimos poco. Todo tu trabajo de investigación no se puede quedar encerrado en tu cerebro. Hay que compartirlo. Un saludo
Es curios el tema de los "molinillos de viento". Se suponía que el cambio a energías renovables sería una solución de por si. Sin embaro ya habido muchas quejas (greenpeace por ej) sobre el daño que acen alterando el paisaje o el ruido que comentas.
ResponderEliminarSaludos
bLuEs: hay un problema de base, que es que los promotores eólicos están en esto igual que podrían haber montado una red de clubs de alterne. No les interesan ni las energías limpias, ni el desarrollo sostenible de los pueblos, ni el bienestar de nadie, más que el suyo, con unos cuantos ceros más en su cuenta bancaria.
ResponderEliminarLas energías limpias son necesarias, pero si el daño que van a producir es mayor que el beneficio, ya no son beneficiosas. Si pudiera arrasar media España para seguir ganando dinero, la Mafia Eólica no tendría el menor remordimiento en hacerlo. Ya he comentado alguna vez que me preocupa a qué se van a dedicar las compañías petrolíferas el día en que se acabe el petróleo, porque como se vuelcen en algo parecido a esto, estamos apañados.
Por cierto, los de Greenpeace no asoman por aquí ni para las explotaciones de carbón a cielo abierto, ni para ayudar a los vecinos contra los parques eólicos. De momento, eso sale poco en la televisión.