Vecino del valle del Naviego (Cangas del Narcea) prediendo fuego al brezo para crear pastos. Poco después, o se le fue la mano con el fuego, o ya había su intención desde el principio provocar un gran incendio, pero me vi obligado a avisar al 112. A los veinte minutos acudió un hidroavión a sofocar el ya descontrolado incendio. No le denuncié, porque con esta foto no se va a ninguna parte, viendo la impunidad con que se han resuelto otros casos mucho más claros y graves que éste. La foto es de marzo del 2006 y la zona está incluida en el Parque Natural de Fuentes del Narcea.
Hace unos días, mi amigo Jorge me remitía una Carta al Director publicada en La Nueva España, el diario asturiano, referente a una visita de una mujer navarra al Parque Natural de las Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias. Lo peor de todo es que esta mujer tiene razón en lo que dice, y es algo que muchos pensamos desde hace tiempo. Las autoridades, como siempre, no se enteran de nada, y el tiempo dirá si lo que se dice en esta carta ocurrirá en realidad.
Ladera calcinada de Valdecampo, en Degaña, en el otoño del año 2005. El año pasado hubo otro incendio de similar tamaño en la ladera más hacia el oeste. También dentro del Parque Natural de Fuentes del Narcea.
Por eso, si alguien que esté en las altas esferas de poder lee este blog (que no creo), que lo apunte en su libreta, en la página dedicada a asuntos urgentes.
Leamos la carta:
La Nueva España - 29 de marzo de 2009 - Cartas al Director
Asturias... paraíso infernal
28 de Marzo del 2009 - María Nieves Elizondo Mitxelena (Bera (Navarra))
Muchas veces había oído hablar de las excelencias de Asturias, de sus verdes paisajes, su aire puro, su gente, sus ríos y bosques, en el paraíso natural. Así que en este pasado puente de San José me decidí a conocer uno de los rincones que creía más vírgenes; el parque natural de Fuentes del Narcea, Degaña e Ibias. No quería masificaciones y rehusé visitar Picos de Europa o la ruta del Cares, y me dirigí a Cangas del Narcea, donde me trataron excelentemente en uno de sus exquisitos alojamientos rurales.
Sin embargo, al practicar mi deporte favorito, la montaña, cuando me encaminé hacia esos montes para disfrutar de sus bosques y ríos, fue grande e inesperada mi sorpresa pues lo que vi no sale en ninguna web ni folleto publicitario del supuesto "paraíso natural". Y es que, a modo de niebla, el humo de los incendios llenaba el ambiente y los bosques. Desde lo alto, pude ver que no era sólo uno, sino que llegué a ver tres incendios con grandes columnas de humo que producían un ambiente casi irrespirable, ya que ese humo se repartía por las zonas bajas y las pavesas caían a modo de ese famoso "orbayo". Parecía que más bien se trataba de un paraíso infernal. Y en los días que pasé en esa bonita comarca comprobé que no se trataba de un hecho aislado, ya que vi varias zonas negras, quemadas seguramente semanas atrás. Me preguntaba apenada si era tal ese supuesto paraíso de los osos y si las gentes, amables por cierto, eran conscientes de la pérdida de recursos y de su paisaje, ya que me pareció que miraban los incendios de forma indiferente, a pesar de la espectacularidad de las llamas que pude ver por la noche, que me pareció que era cuando se debían provocar esos incendios.
Pero no sólo eso chafó mis esperadas vacaciones en el paraíso natural, sino que cuando paseaba cerca de un río de aguas limpias no daba crédito a la cantidad de plásticos que colgaban de las ramas de las orillas, ¡no cabía uno más! Vi algún pescador y me pregunté si pescaba truchas o plásticos. Y, en definitiva, me volví a Navarra con una imagen muy distinta de la que tenía al principio de Asturias, que tanto se anuncia a bombo y platillo como ese paraíso donde pastan las vacas en verdes prados floridos, al lado de los bosques donde cantan los pájaros bajo un limpio cielo azul. Pienso realmente que si los asturianos no cuidan más su paisaje se van a quedar atrás en el tema del turismo, ya que muchas otras comunidades autónomas ofrecen también bonitos paisajes bien cuidados. Por eso, a través de esta carta, quiero llamar la atención de las administraciones y guardería para que se preocupen un poco más en poner solución a estos problemas ambientales sorprendentes en estos tiempos.
Incendio en las proximidades de Genestoso, encima de El Villar de Indianos, en el año 2004. Una zona sensible para el oso pardo y el urogallo, prevista como de uso restringido en el Parque Natural de Fuentes del Narcea.
Nota: si no está visible la opción para dejar y ver comentarios, pulsa en el título naranja de este reportaje y ya podrás hacerlo.
Incendio en las proximidades de Genestoso, encima de El Villar de Indianos, en el año 2004. Una zona sensible para el oso pardo y el urogallo, prevista como de uso restringido en el Parque Natural de Fuentes del Narcea.
Nota: si no está visible la opción para dejar y ver comentarios, pulsa en el título naranja de este reportaje y ya podrás hacerlo.
La única solución que yo le veo es la PROHIBICIÓN TOTAL Y ABSOLUTA por parte de la Administración para el pastoreo, la caza y el aprovechamiento forestal de los terrenos quemados.
ResponderEliminarComo bien decías en tu post del otro día, no son ni el excursionista, ni el montañero los que van arrojando las cerillas a su paso.
Gracias por tu campaña de sensibilización.
eso es cuidadin cuidadin hace unos cuantos años fuí testigo de un gran incendio en grandas de salime, arrasó toda una ladera desde el embalse hasta lo alto de la montaña llegando hasta algun pueblo fue desolador, no se dan cuenta del peligro, hay que limpiar sí pero con mucho cuidado, limpiar no es enceder y arrasar
ResponderEliminarMenuda crítica..aunque no nos guste leer esto tiene razón, es difícil pero hasta que la gente no se conciencie de muchas cosas y otras seguirán pasando
ResponderEliminarLa carta de esta turista Navarra nos muestra el triste caminar de una comarca que, por desgracia, siempre se caracterizó por los incendios forestales.Habrá que pensar que algo falla, al ver como año tras año los incendios se suceden sin que veamos el menor atisbo de cambio.
ResponderEliminarPor un lado las jóvenes generaciones están preparadas ecológica y culturalmente y por el otro la vigilancia es cada vez mayor, pero los incendios se siguen sucediendo.
La solución puede estar, como comentaba en el blog de Suso de Degaña, en seguir concienciando a los lugareños y en aplicar más mano dura.
De acuerdo con María en prohibir algunas cosas después de los incendios, aunque aquí la solución a las prohibiciones suele ser volver a quemar.
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